«Des-personalización» forma parte de la colección Paisajes Urbanos y retrata el ritmo frenético y anónimo de la ciudad. A través de una técnica mixta sobre tabla, la obra transmite la inmensidad de los rascacielos y la sensación de insignificancia del ser humano en un entorno dominado por estructuras arquitectónicas.
La composición juega con luces y sombras para resaltar la frialdad del paisaje urbano, donde las figuras humanas parecen diluirse en el entorno. La paleta cromática, con tonos cálidos y fríos en contraste, aporta profundidad a la escena, evocando la desconexión y el anonimato que a menudo caracteriza la vida en las grandes ciudades.